Finca situada entre Son Sardina y Palmanyola, una zona tranquila pero bien comunicada, que ofrece todos los servicios cotidianos. Es una ubicación perfecta que combina la paz del campo con la proximidad a la ciudad.
La propiedad principal consta de dos dormitorios, dos baños, un amplio salón-comedor con cocina abierta, así como un acogedor invernadero que sirve de jardín de invierno.
La parte delantera de la propiedad impresiona por su cuidado jardín, con cinco majestuosos olivos, palmeras y una fuente decorativa.
Detrás de la casa hay una gran parcela con más de 20 naranjos, higueras y limoneros, un níspero, un granado y una pequeña plantación de aloe vera. Un pozo privado suministra agua a toda la propiedad.
Al final de la parcela hay una casa independiente, ideal como alojamiento para invitados, taller o estudio.
La propiedad está situada al final de un camino privado, sin acceso directo a la carretera ni tráfico, lo que garantiza una tranquilidad absoluta.
Existe un proyecto de legalización ya aprobado por el ayuntamiento.